Yachay, es un vocablo kichwa que significa conocimiento. Y
así bautizaron a una ciudad planificada desde cero, para que allí funcione la
Universidad Tech dedicada a la “innovación tecnológica y negocios intensivos en
conocimiento, donde se combinan las mejores ideas, talento humano e
infraestructura de punta, que generan las aplicaciones científicas de nivel
mundial necesarias para alcanzar el buen vivir” y lograr así el ya famoso
cambio de la matriz productiva. Se la inauguró el 1 de abril del 2014 con 187
estudiantes altamente calificados como los más brillantes y que hubiesen alcanzado
850 puntos en el examen de educación superior. El impulsor más visible de este
sueño es René Ramírez Gallegos, ahora Secretario de Educación Superior,
personaje poco dado al dialogo y especializado en monólogos y disertaciones
apoyadas en el inefable PowerPoint. Es considerado una suerte de dios, o una
eminencia en esto de la revolución educación del siglo 21.
Yachay se construye en 680 hectáreas, y hasta el 2017 el
presupuesto asignado es de 1.043 millones de dólares. Primero lo primero y es
así que se utilizaron mas de 100 millones en la expropiación de 105
propiedades. Lugar, clima y ubicación privilegiados. Mínimos detalles
estudiados. Viajes a Corea y con Correa para santificar una promesa de primer
nivel.
Actualmente hay 620 alumnos, atendidos por 185 empleados y
docentes, cuyo rol asciende al medio millón de dólares mensuales. La
Universidad está regentada por una Comisión Gestora conformada por 4 miembros académicos; Joh
Ares Rosakis, Guruswami Ravichandran, José Andrade y Fernando Albericio. Cada
uno de estos funcionarios ganan 16.300 dólares mensuales, aunque el Gobierno
sigue cacareando que nadie debe ganar más de los 8.000 que le corresponde al
Primer Mandatario. Hasta ahí la luna de miel. De pronto Fernando Albericio, PhD
en Química Orgánica por la Universidad de Barcelona, ciudadano español de 62
años de edad, que desde hace 4 meses ejercía como Rector es despedido a pesar
de ser el único miembro de la Comisión que residía en Ibarra y estaba al pie
del cañón. Los otros viven en California donde tienen otros trabajos con los
cuales redondean un ingreso de medio millón de dólares anuales. Vienen tres o
cuatro veces al año, sesionan vía Internet, y cuando vienen cobran viáticos de
300 dólares diarios más los correspondientes pasajes. No se sabe si viajan en
asientos de clase turística, o a lo Carlos Marx.
Es así como Albericio se rebela y revela irregularidades en
la gestión de la Universidad, de las cuales él hacía parte. No se trata de
corrupción, dice, sino de irregularidades entre las cuales la tendencia a
causar gastos excesivos e innecesarios. Cuenta, además que sus colaboradores
más cercanos han recibido amenazas de muerte por soltar la lengua. Nos afirma
que los estudiantes siendo muy inteligentes no tienen bases suficientes en
matemáticas ni comprensión oral y que por tanto se ha debido hacer cambios en
las siete carreras universitarias disminuyendo asignaturas ya que todo se fue
haciendo muy a la carrera.
Albericio nos dice que su desavenencia con los otros tres
miembros del Comité viene porque él cree que no se de debe propender al gasto
dadas las actuales condiciones económicas del país, y que se tiende a contratar
consultorías internacionales. Por ejemplo se pretendió pagar 450.000 usa. para
analizar los doctorados que se necesitan en Ecuador, o que se debió ser más
cuidadoso con un contrato que se hizo pagando 700.000 a un cazador de talentos
para buscar lo que “ellos llaman autoridades”, y que esto obliga a gastar mucho
en la logística donde los posibles candidatos vienen con sus esposas desde
cualquier parte del mundo.
Nos cuenta que La Junta, o Comité, siempre opta por las soluciones costosas como
cuando los otros miembros querían pagar
UN MILLÓN de dólares a Carnige Mellon, un centro de investigación en EEUU, para
enviar a 5 estudiantes para prepararlos. Albericio cree que hay demasiadas
consultorías en Ecuador, y yo creo que bajo esta modalidad se esconde realmente
el fondo del problema, porque las auditorias se ha vuelto una forma muy común
para sacarle dinero al Estado. Y esta si es una buena razón para que los sempladinos
se irriten. y que haya incluso quienes
estén dispuestos a amenazar de muerte a los disidentes. Semplades, es a mi
criterio, el matorral de las consultorías que se llenan de Phds y se introducen
bajo esos honoris causa y esas capas de vivos colores y birretes
adefesiosos, para incorporarse a esa
nueva clase social o casta internacional.
La semana pasada, usando el twitter, critiqué la pedantería o metrosexualidad académica de la que hicieron gala Pavel Muñoz y
Fander Falconí en un foro en el participaron junto a Alberto Dahik y
Walter Spurrier. El argumento de los
panelistas que representan a la Revolución Ciudadana , respecto a las criticas
que recibieron por los excesivos gastos del Estado, fue simple. No se puede
recortar ni en educación, salud ni
seguridad, ni publicidad agrego yo. Al parecer lo que se le ha salido de
las manos a este gobierno son la falta de humildad y la falta de austeridad.
Están gobernando como “iluminados” y es así como un proyecto emblemático y
noble como lo es Yachay, al cabo de su primer año ya está mostrando grandes
fisuras y creando un agujero negro difícil de tapar. Tarde o temprano terminará
el mandato de Correa, por las buenas o por las malas, pero quedará su herencia exenta de impuestos;
un gasto burocrático genético y un grupo de tecnócratas que se instalaran en el
poder por siempre y amén.
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