No
me dirijo al Presidente de la República. Me dirijo al ecuatoriano común que
tiene un encargo que cumplir por un mandato ciudadano en un momento histórico determinado.
Me
ha tocado la extraña suerte, sin ser cabildero, de haber estrechado la mano de muchos
de los presidentes o jefes de Estado que se han sucedido en este país. A usted
se la estreché cuando era un reciente candidato y acudió a una reunión de los
jueves con los denominados “autonomistas” en el restaurante BonPain. Su
locuacidad convenció a la mayoría de los presentes. En buena parte porque,
además, el candidato opositor, Alvarito, es un tanto negado en el don de la
palabra y rehuía a reuniones como éstas.
Usted
se manifestó pro autonómico y se identificó con nuestras propuestas porque
quedó en claro que no tenían dejo separatistas y se concentraban en lograr una
efectiva equidad y proporcionalidad en la redistribución del presupuesto
nacional, considerando la densidad regional y con fundamento en los índices de
pobreza establecidos en base de los Censos Nacionales. Este fenómeno se atribuía al fuerte sistema presidencialista que hemos heredado desde el
tiempo de la colonia, multiplicado por el activismo burocrático en beneficio de su lugar
de residencia.
Hoy,
en su gobierno, los municipios han sido mutilados por la cantidad de
ministerios que operan en cada área y porque, con su accionar directo, usted los
aplasta por la inmensidad del presupuesto que maneja y por su especial esmero
como capataz de cada programa. No hay mínimas autonomías seccionales para entes que se conforman mediante
elecciones, lo cual es una burla a la institucionalidad que las regiones
merecen.
Sus
costosos Gabinetes Itinerantes, más la habilidad política de su Secretaría de
Comunicación, han diluido la sensación de inequidad regional y su Gobierno se
ha dado el lujo de inaugurar edificaciones públicas muy mejoradas a lo largo y
ancho del país. Parecen catedrales y templos construido para engrandecer al
Estado, nueva religión vigente, de la cual usted se asemeja a Jesús o Mahoma,
guardando las distancias. La buena vialidad es otro factor que ha dado especial
brillo a sus ya seis años en el ejercicio de un Mandato que está rompiendo récords
históricos en cuanto a concentración personal de poder y a estabilidad
política. Todo esto apoyado en una moneda extranjera y en momentos comerciales
muy favorable en el contexto internacional, sin quitar sus muchos aciertos en
cuanto a decisiones que permitieron fluir dinero hacia adentro y crear un
ambiente de crecimiento, no por productividad, sino por consecuente celeridad
en la demanda al recibir más liquidez por parte del Estado. Fácil entra, fácil
sale, es la regla en el manejo de los gastos públicos y privados. Es inevitable
porque en la economía entra en juego la naturaleza humana.
Su
padre debe ser de mi misma generación. Nací durante la invasión
peruana. Viví y me educaron con eso de
“Tumbes, Marañón o la guerra”. He visto los cambios que el Ecuador ha
experimentado. Lastimosamente su administración se ha caracterizado por
despreciar a sus mayores y eso es un error y una ofensa para quienes pusimos
nuestro grano de arena. Su Gobierno debería tener contacto y respeto con esa
herencia y proyectarla a una modernidad para no caer en los que los hermanos
Castro han dilatado como modelo, ahora agonizante. Oír es un arte y escuchar
una sabiduría. Alejarse un tanto del grupo de sumisos colaboradores no deliberantes, que es
la sensación que emana de su gabinete aterrado en no contradecirle. Así podrá ver
mejor el bosque y eso, además, impide que las matas de cizaña devoren a los
árboles o les impidan crecer con el esplendor debido. La ventaja de tener una
prensa opositora es que ayuda a gobernar porque los colaboradores deben
cuidarse de no cometer errores. Usted es honrado pero le aconsejo no poner la
mano más allá de lo que suponga. Pero de ahí a silenciar a la prensa
sistémicamente hay una profunda diferencia. Claro que hay prensa corrupta, pero
no debe ser reemplazada con “no-prensa”. En resumen es en eso en lo que se
convierte la prensa pública controlada al milímetros por aquéllos que, en lugar
de controlar, deberían ser los controlados por la opinión pública. Debe haber
mano dura con la triangulación de poderes que es donde suelen caer los
empresarios de la comunicación y también los empresarios políticos. Duro con
ellos, pero los periodistas deben poder equivocarse si no existe mala fe o
intereses personales, aunque sí deben y pueden tener sus propias preferencias
políticas o doctrinarias afines o distintas a las suyas.
¿Que
porqué le dirijo esta carta? Simplemente porque usted tiene dificultades para
aceptar o considerar el punto de vista ajeno cuando esto le significa la
pérdida de un ápice de su popularidad. Por esta vía electrónica usted no podrá
verse afectado electoralmente, pero
tendrá la oportunidad de leer la opinión de un ciudadano que no pertenece a ese
círculo de poder que orbita a su alrededor en forma de mini satélites o
“pegasos”. Ojalá Fernando Alvarado le
haga leer estas palabras en un momento de serenidad, suya y de él, porque él
también parece ya estar contaminado de ese veneno dulce que el poder
inevitablemente inyecta. Era un hombre sencillo y ya no lo es. En comunicación
no se puede ser dogmático. Debe saber que toda verdad tiene dos lados como la
tienen las medallas o las monedas. El poder tiende a ser abusivo en el manejo
de la palabra, sin que eso signifique que quien lo ejerce sea una mala persona,
sino que en su caso, el temperamento le aísla muchas veces de la equidad de
juicio. Y como cada sabatina tiene usted que predicar como evangelista, es una presa
fácil de quien le documenta su agitada agenda. Usted es un buen Presidente,
pero lo puede hacer mejor, mucho mejor. Mi obligación es recordárselo o al menos poder decirlo.
Es
evidente que debe subir el precio del gas y de la gasolina. Pero es evidente
desde hace mucho rato. Es un paso gigante anunciarlo pero realmente se debió ya
iniciar un aumento gradual y muy paulatino para poder graduar el shock
inflacionario y especulativo que, sea como sea, vendrá por el aumento de
precios que generará en TODO el sistema económico, quiéralo o no. No es
cuestión de pobres y de ricos. Es cuestión de que la economía funciona así. La
opción contraria es la fórmula cubana; combatir el consumo incluso de productos
vitales.
Dura
decisión la suya la de traicionar principios verdes puros que le ayudaron en la
recaudación de votos. Entiendo que se ha visto obligado a dar prioridad a la
recaudación de papeles verdes. Lo del Yasuní duele en la conciencia de muchos
ecuatorianos que quedamos fulgurados por la maravilla natural que sus publicistas
e Ivonne Baki, desvelaron ante nosotros. Una pena, pero no comprendo su apuro y
velocidad para imponer su criterio. Toda revolución es un proceso que triunfa
si encuentra su propio equilibrio, y usted, explotando Yasuní, está ayudando a saltar
etapas para beneficiar SU PRESIDENCIA. Finalmente, usted lo sabe, la decisión
pesa sobre su propia y única conciencia cuando merecería quizás ser compartida por
todos mediante una Consulta.
Lo
que más agraviante me resulta, Rafael, es que usted tenga que poner a Guayaquil
como centro de todos los males que afectan a la República. Guayaquil fue
fundada hace casi cinco siglos como puerto y a esta condición le debe su fuerza
motriz y su razón de ser. Retrasar deliberadamente los trabajos de dragados por
otros tantos años más es torpe e inaudito, y responde a un diseño que conduce a
quitar a esta ciudad su título de Puerto Principal para el 2038, justo cuando
cumplirá 500 años de fundada. Eso
equivaldría a diseñar un Quito despojado de su honor y beneficios de ser Capital de la República, o
a Cuenca su título o orgullo de considerarse Atenas del Ecuador.
Atentamente
Henry
Raad
Nota;
le cedo este mismo espacio o blog para
cualquier réplica, pero si me menciona en la sabatina me debería dar el mismo
espacio y entonces tendré la suerte de volver a estrechar su mano.
Henry, muy benevolo, y hasta cierto punto nada creible su comentario respecto a "cualidades morales" de Rafael Correa. Solo puedo asegurarke que un sabado cualquiera, Usted sera vilipendiado.
ResponderEliminarWilson Larrea
Estas y no otras son las palabras que siempre quise escribir. Al fin alguien que diga verdades sin fomentar el odio. Bravo maestro. Ojala Rafael lea esto, le será de mucha ayuda.
ResponderEliminarNo es un buen Presidente...
ResponderEliminarEs un gran presidente. El mejor que ha tenido la república desde que se creó.
EliminarHenry como siempre mi admiracion y respeto a la majestuosidad de un verdadero periodismo serio y de altura, que los otros periodiqueros lean este articulo para que aprendan como debe se r un Caballero, un periodista de altura. Le felicito y envio un fuerte abrazo..
ResponderEliminarQue magnífica carta, es crítica y a la vez educada, cuan diferente seria la presidencia de Correa si un poquito de ella se le pegara, felicitaciones!
ResponderEliminarBravo señor aplaudo su forma de pensar soy un ciudadano cualquiera que espero lea este articulo el presidente y lo haga reflexiónar
ResponderEliminarExcelente, pero este señor no se merece tanta benevolencia de tu parte Henry, creo que algunas descripciones han sido edulcoradas. El Ecuador no es conejillo de Indias, si Rafael quiere probar teorías, que experimente en la sala de su casa. Las ley del terror a la que somos expuestos, se le irá en su contra a él y su círculo. Ya es hora de gobernar para el pueblo y no contra el pueblo. Saludos Henry!
ResponderEliminarEstimado Sr. Raad, la verdad es una carta muy bien estructurada, lamentablemente en las circunstancias en las que el Sr. Correa vive, muy difícilmente será aceptada y su opinión continuará imponiéndose mientras el poder continúe de su lado.
ResponderEliminarRp.
Genial! Espero, así como usted, que Rafael Correa lea esta carta.
ResponderEliminarSaludos!
Oscar Schnabel
Magnifico! La ecuanimidad de esta carta la convierten en un modelo a seguir para Correa. Usted no lo vapulea como el suele hacer sino que con un tono azucarado le dice sus 4 verdades sin herir su fragil ego. Ojala el Presidente momentaneamente logre dominar su soberbia y acepte que lo que usted Sr. Raad escribe no es nada mas que la verdad. Felicitaciones.
ResponderEliminarValió la pena leerlo.....Jean
ResponderEliminarCONSIDERO QUE LAMENTABLEMNETE HAY QUE DECIR QUE BIENVENIDO LA CLUB DE AQUELLOS A LSO CUALES CORREA Y SU PODER ESTA DESILUSIONANDO AUNQUE ES VERDAD ALGO VAMOS A LLEGAR A SER CUBA 2 COMO PUEDE SER POSIBLE PERO LA VERDAD ES QUE EL PODER CORROMPE Y MUCHO
ResponderEliminarQue palabras tan educadas y a la altura de un presidente de turno. Me encanta la manera que expresó cada uno de sus puntos, manteniendo el ritmo e hilo conductor.
ResponderEliminarEl presidente que tenemos es bueno, pero como usted anota, podría ser mejor por las razones expuestas en sus lineas... ojalá el tenga la madurez para leerlo y aplicar algo.
Un fuerte abrazo Henry
Felicitaciones a la persona que escribió esta carta, aunque se quedó corto en ciertas apreciaciones que como lo dijo la verdad tiene dos caras, y nos guste o no hay que reconocer la buena labor en ciertas cosas, aunque el despojo de los derechos de las personas, el quitársele la libertad de expresión, el jugar con la seguridad social en el país, son cosas que van mucho más allá de obras físicas. El ser humano es así, se deja envanecer por el poder y las dádivas que da el ejercicio del mismo. Sólo espero que pronto haya un cambio de rumbo en nuestro Ecuador
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