Rafael Correa no ceja en su empeño de hacer de Guayaquil, el centro de la
anti patria y de sus rencores ocultos. Hablar tanto acarrea un problema cuando
se llega al ritual sabatino parlanchín para copar tres horas y empalagar su ego
ante un micrófono donde centrifuga todo su omnímodo poder hiperactivo y
exuberante.
El sábado, día de la Fundación de Guayaquil, vino a confrontar, polarizar,
ofender. Dijo lo que se le ocurrió, y entonces mencionó aquello de que “las
elites guayaquileñas han preparado tácticas separatistas” y que por ello y
contra ello ha decidido ante sí y por sí, cambiar el nombre del MAAC (siglas de Museo Antropológico y de Arte
Contemporáneo) y pasa a llamarse CCLSB (Centro Cultural
Libertador Simón Bolívar).
Tamaña pendejada. ¿Ya no es un Museo Antropológico y de Arte? El nombre MAACen sí no dice nada y lo critiqué más que por su denominación por el hecho
de que la cultura de Guayaquil pasaba a ser regentada por el Banco Central, y
porque desde sus inicios ahí se banqueteó la cultura con unos contratos
salvajes en una fracasada y millonaria muestra denominada UMBRALES, montado por una curadora cubana de nombre Lupe Álvarez, asistida por
Freddy Olmedo Ron, piloteados ambos por el ex policía Patricio Dávila ex
regente de la AGD, quien terminó
condecorado en el Club de la Unión debido a su labor a favor de la cultura en
esta ciudad.(¿) Corría el mes de noviembre del 2.001, y los detalles de mi
entrega “¿Quién Regenta la Cultura en Guayaquil?” salió publicado en El
Telégrafo aquel, el ex diario más antiguo del país, y no el registro oficial
del actual gobierno del Ecuador.
Mi reclamo es de fondo pues pedía al Alcalde que sea esta entidad regente
el Museo, ya que en la muestra UMBRALES se eliminó vestigios
culturales guayaquileños para someterlos a un visión extravagante donde la
guayaquileñidad quedaba pisoteada. Por ejemplo, La Revolución Juliana era
exaltada en un titular del Telégrafo de aquella época mediante un gigantesco
mural muy bien ubicado. De Olmedo casi nada.
Dice el Presidente que
una estrategia dibujada por sus elites para hacer separatismo, y que por eso se
cambió el nombre de nuestro nuevo aeropuerto, por el de Joaquín Olmedo. Mucho
se tuvo que batallar para lograrlo, pues no fue fácil ni dentro de la esfera
municipal, pues nuestras “élites” realmente centrifugadas en aquella época en
la ya derruida Junta Cívica que nadie la quiere rescatar ahora, poco interés
ponían en el asunto y menos aun entendían sobre el tema cultural.
Pero Guayaquil tiene
almas luchadoras y entre ellas están Melvin Hoyos y Efrén Avilés, historiadores
que osaron a desafiar la historia narrada a la quiteña. Y en un acto
intelectual, publican un libro! “Historia de Guayaquil”!. ¡Vaya atrevimiento!
Correa entonces proscribe este libro de cualquier plantel público, ahora cuando
todos los planteles de educación de una manera u otra lo serán”. En el siglo 21
se proscribe un libro, y prácticamente se lo manda a la hoguera. Resumiendo; en
el día de Guayaquil, prohíbe un libro que se titula “La Historia de Guayaquil”,
escrita por guayaquileños.
Por otra parte el Presidente ha destacado que las obras del Malecón 2.000,
los Túneles, El MAAC, y el Centro Cívico
(iniciado este último por la Dictadura Militar, al igual que el derruido
Edificio del Ministerio de Agricultura, donde bien pudo funcionar su Registro
Civil, o el Ministerio del Litoral), han sido financiadas por el Estado.
¿Estas obras, y el
renacimiento de esta ciudad se hubiesen realizado sin el impulso y eficaz
ejecución municipal? No. Simplemente seria sueldos, alfombras y salarios de la
burocracia principal no radicada en esta ciudad precisamente. El éxito de esas
obras es que se las ejecutó y se las mantiene mucho mejor que aquel derruido
Ministerio de Agricultura, el antro que era el Registro Civil, el antiguo
aeropuerto, y los treinta años que demoró el Centro Cívico
i. hurtado y.
como se decia en la antigua roma: \"recuerda que eres mortal\"
las personas que perduran en la memoria colectiva son las que se hacen valer por sus obras, mas no por sus palabras.
ya sabemos quienes perduraran por siempre en la memoria colectiva de los guayaquileños y de las futuras generaciones de esta ciudad.
ya sabemos quienes no perduraran.
no es necesario hacer nada para ver el fin cercano de este experimento expansionista llamado socialismo del siglo xxi. ellos mismos se canibalizaran y terminaran desbandados.
saludos
f. fierro.
los perros vomitan para luego engullir de nuevo su propia excreta.
mayra
resulta indígnate tener que leer insultos racistas de la parte de un infame que se hace llamar falsamente juan roca piguave.
por favor: que su equipo de editores no pequen por ser tan ingenuos. uds. no tienen para qué darle derecho de respuesta o permitir que un ignorante que se oculta bajo un seudónimo de un popular personaje costeño exteriorice su odio y vomite sus bilis de cerdo racista.
no, no y mil veces no a los intentos de desmerecerlo por haber nacido de ancestros árabes, chinos, o vietnamitas.
si permitimos que gentuza xenófoba se exprese de esa forma, eso solo nos acarreará más odios racistas.
¿quién puede jactarse en latinoamérica, y en el ecuador en particular, de no tener un ancestro europeo, medí oriental, u otro? nadie que se sepa, o casi nadie.
me parece que su grito para oponerse a que el hijo del manco correa llegue a mesa puesta, y se dedique a cambiar nombres a las instituciones guayaquileñas en las que él no ha aportado o construido nada, a no ser traer unos cuantos micrófonos para desde ahí arengar a los ignorantes; me parece debilucho.
pero sepa que igual lo admiro por su valor y su coraje. son muy pocos los ?guayaquileños de sangre pura? ?como los caballos de paso- que osarían enfrentársele al sinvergüenza tirano.
mil gracias por su fervor y su entrega en la defensa de la ciudad que lo vio nacer y crecer.
gracias por su advertencia. el comentario solo fue enviado a los usuarios suscritos a la discusión vía e-mail, pero no está publicado en esta página.
saludos cordiales,
estoy publicando un libro en donde desmiento las tremendas falsedades del libro de avilès, pues sé que hoyos, firmó sin ver.