jueves, 9 de mayo de 2013

GUAYAQUIL Y SU ALCALDÍA



Publicado por Henry Raad en domingo, octubre 09, 2011
1 comentario


Guayaquil sin duda es una ciudad exótica. Rompe los parámetros lógicos y tiene una arquitectura urbana y social muy peculiares. Históricamente, y refiriéndonos tan solo a los últimas cinco décadas 34 alcaldes la han gobernado. Desde 1.962 con Assad Bucaram Elmhali, hasta 1.992 con Harry Soria Lamán desfilaron 32 personajes en cuatro décadas. Quince meses de promedio. Desde 1.992 hasta el 2.012 tan solo dos grandes burgomaestres: León Febres Cordero y Jaime Nebot. Nuestro actual alcalde ya ha repetido algunas veces que no irá a la reelección en el 2013 ¿Quienes serían los posibles candidatos aceptables para dar esa continuidad que resultó tan exitosa? ¿Por quien votamos? ¿Acaso por la Duarte para convertirnos en apéndice del gobierno? Ni locos. 

Se da por descontado que para ese tiempo, el de las elecciones de alcalde, Rafael Correa estará ejerciendo nuevamente su tercer mandato que se extendería hasta el 2.017, si no le viene un cáncer como a Chávez. El destino siempre tiene sus caprichos, pero todo está calculado para que por inercia de las presidenciales realizadas seis meses antes que las elecciones seccionales, el gobierno designe prácticamente a dedo a los alcaldes del país entero. Sólo Jaime Nebot podría optar por romper ese esquema fríamente previsto. De ahí la responsabilidad que le cae a nuestro burgomaestre respecto a la decisión que debe tomar frente a sus electores, entre los cuales yo que le he votado consistentemente. No va a echar todo el contenido histórico de estas dos últimas décadas al saco. Hasta podría darse el caso de que Abdala Bucaram junior nos regrese al punto de partida. 

Ha trascendido cierta actitud de brazos caídos en funcionarios municipales. Ya se ha perdido ese brío que emanaba del Sillón de Olmedo, y administrativamente hay muchas falencias, por llamarlas de esta sutil manera. Jaime Nebot se mueve en su eje: Metrovía, regeneración urbana, agua potable y alcantarillado completo para el 2.014 y buena pero muy calculada saliva. El 22 de octubre cumplirá 65 años y se une al grupo de la tercera edad. No creo que se vaya a sentar en los banquitos del Policentro ni a tirar vereda en Boca Nueve. Se irá a Sanborondón posiblemente y allí se aburrirá como las ostras. Amante de su familia y de hábitos saludables bien puede aspirar a disfrutar de esa bella etapa de la vendimia, aunque no creo que un animal político pueda dejar de serlo. Yo he hecho lo mío al respecto a la jubilación que deseaba y recomiendo a todo ser humano no morir trabajando sino viendo el atardecer con un buen libro en mano mientras las hojas y el viento arrullan la conciencia del deber cumplido con cálidos recuerdos. La ambición no permite el descanso. 

Sin embargo, observo que en Guayaquil la generación de los nacidos en la década de los cincuenta y sesentas no se conecta con las generaciones de los nacidos treinta años más tarde. Y como la modernidad ha cobrado tal vértigo las diferencia emocionales y conceptuales se han distanciado. Ahí yo veo una situación desfavorable como para pronunciarme por la reelección de Jaime Nebot por cuatro años más, salvo que él adopte ciertos grandes ajustes en la organización administrativa del Municipio, delinee nuevas metas, entre las cuales la renovación de sus cuadros auxiliares para desde allí cultivar una sucesión moderna y promover nuevos valores, no políticos sino anímicos y comprometidos con el concepto de lo urbano. Mejora de funcionarios no solo en la capacidad de servicio al usuario, en su capacidad tecnológica, sino en la mentalidad acorde con lo que piensan las nuevas generaciones. Lo urbano es el amalgamiento de un ser humano con la urbe, y hay ahora sin duda un gran rompimiento que se refleja en el manejo de los espacios públicos dando al cemento demasiada rigidez frente a las ansias espirituales de un ciudadano común y silvestre. Esta quedó muy graficado en los incidentes ideológicos que fueron públicos durante el Salón de Julio y con el tema de las pinturas grises de paredes mejoradas por litro x mate. Los municipales entendieron que es lo que estaba pasando y reaccionaron a palazos y con crónica roja en vez de actuar bajo un análisis sereno y constructivo. Muy primaria respuesta para un Guayaquil del siglo 21. 

El proyecto de dar acceso a Internet gratuito en determinados sectores de la ciudad fue presentado al Alcalde hace seis años por un grupo de autonomistas que apoyábamos en ese entonces a la malograda Junta Cívica que hoy condecora a diestra y a siniestra para llenar una agenda vacía de otros contenidos. Aquel proyecto financiado por estos llamados talibanes por parte de la burguesía criolla, fue archivado en el cementerio de la burocracia. Hoy renace y me alegro por ello. También se trabaja en mejorar en usar el Internet para facilitar la vida de los usuarios. El Gobierno Central le ha tomado la delantera en cuanto a eso de la modernidad y ha incorporado muchos jóvenes guayaquileños en la administración pública, jóvenes que por otra parte no tuvieron acceso siquiera a acercarse a la esfera y atmósfera política de la llamada derecha guayaca que no ha renovado metas ni pensamientos y que ha quedado a merced de la SENPLADES. ¿Vendieron su orgullo de guayacos? ¡Dios no quiera! 

Entiendo que políticamente nuestro Alcalde no puede revelar sus planes para dejar una sucesión coherente con la transformación que la ciudad ha tenido desde 1.992. La prudencia y pragmatismo se lo impiden pero es su obligación hacerlo. A lo mejor él mismo no lo sabe. Lo entiendo. Pero sí es su obligación pensar que después de él no tiene necesariamente que venir el diluvio ni Cinthia Viteri siquiera. Debería, creo, agrupar a nuevos elementos humanos para que en talleres o seminarios se fabriquen nuevos sueños urbanos. “Guayaquil 2.030” es la tarea, convocando concursos, seminarios y cursos para integrar a quienes no han tenido oportunidad de ser parte de la ciudad y que creen que no es el Estado el que le va a solucionar sus problemas, siendo ellos realmente los actores de su bienestar cotidiano. Se debe trabajar en una regenerada “Agenda de Guayaquil” y así impedir que el Estado se devore sus entrañas y su esencia. Para las elecciones edilicias del 2.013 se deberá votar por una agenda más que por una persona. Esa agenda la podemos elevar a consulta popular y la imponemos electoralmente. Hay que impedir que las nuevas generaciones lleguen con las manos vacías a manejar la ciudad despreciando lo mucho de bueno que ha pasado en esta ciudad desde 1.992 hasta la fecha. Hay que impedir que sea la SENPLADES desde Quito que se ocupe de dibujar nuestras propias fantasías. Tenemos un año y medio completo para trabajar en ello. 

Etiquetas: Guayaquil, Política

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1 comentarios: 

Alejandro Varas dijo... 


Comparto su criterio y me parece un articulo muy claro sobre el futuro de la situacion politica en Guayaquil.

En efecto hay una gran brecha generacional, cultural y un gran etcetera que nos separa entre quienes estan en la administracion y los que queremos tener una ciudad apta para poder vivir y transitar con tranquilidad y libertad. 

El paradigma de quienes ahora somos jovenes adultos es totalmente distinto al de nuestros padres y abuelos y como es comun, en lugar de encontrar la convergencia simplemente creamos conflictos que no llevan a nada y provocan choques ideologicos que alejan mucho mas a ambas partes. 

No considero que "ser joven" sea la unica respuesta a conseguir la concertacion que nuestra ciudad requiere. La clave en la vision de quien asuma el liderazgo, descubrir objetivamente que le hace bien a la sociedad, escuchar todas las partes y saber como encaminarnos, quizas el proximo alcalde pueda ser un abuelo o un joven empresario, lo importante es que sepa transmitir el mensaje, no podemos depender de unos cuantos para progresar, si hay un problema este debe ser atendido y resuelto por todas las partes involucradas. 

Tengo 26 años y en mi corta existencia he visto como ha "evolucionado" la politica y el efecto que causa en la gente. Considero que la mayoria de mis contemporaneos tienen ideas mal infundadas sobre la situacion politica en general, en lugar de observar, analizar y aportar con soluciones utiles se enfrascan en pasiones y favoritismos hacia figuras y discursos que nos han llevado a tapar paredes de colores y tratar de incultos a personas que no comparten el mismo gusto por "el arte" local.

Si tan solo aprendieramos a ver que es lo que realmente pasa en nuestra ciudad y seleccionamos con mayor cuidado a quienes haremos responsables de servir y atender nuestras necesidades como guayaquileños quizas podriamos resolver nuestros problemas con mas facilidad. 



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