miércoles, 8 de mayo de 2013

EMELEC


EMELEC
Para El Observador
Henry Raad 20 noviembre 2009


No voy a escribir sobre el Ermelec Sporting Club, ni sobre fútbol. No vale la pena. De eso que hable el Presidente Correa en sus extensos monólogos sabatinos, ya que es su actual sponsor a través de sus omnipotentes influencias que hace en uso y abuso de su cargo. Que de eso nos hable él dados los malos resultados y no mienta como cuando hace dos sábados, nos dijo que en su domicilio no se cortaba la luz, sino que eso era otra mentira de la prensa. No se cortaba hasta que la prensa lo denunció, y a partir de eso se le corta. Miren lo útil que es la prensa sin mordaza.
Quiero hablar de la Empresa Eléctrica del Ecuador, que prestó a la ciudad de Guayaquil el más eficiente servicio de producción y distribución de la energía en la ciudad, donde se instaló, a comienzos del siglo pasado y en base de una concesión municipal logró que este puerto permaneciera como el mejor servido del pais durante cincuenta años. Fue un lujo de empresa que funcionó a las mil maravillas y fue orgullo y símbolo guayaquileño. Recuerdo haber vivido en Quito en esas épocas cuando los cortes de luz allá era cuetión rutinaria. Emelec era un modelo y un ejemplo, hasta que la dictadura militar de los años setenta se enredó malamente en la renovación de su contrato, que le usurpó a la Municipalidad, y aceptó una clausula de garantizar las utilidades por un 9.5% sobre sus activos. Posteriormente las acciones de Emelec fueron a parar en manos a un señor de apellido Scopetta, desde donde disparó su puntería y sus influencias, para proteger tan fáciles beneficios
Emelec siguió sirviendo bajo este corrupto convenio dictatorial que por su estructura estaba destinado al fracaso. Eso no era libre mercado. El Colegio de Ingenieros de Pichincha hizo supremos esfuerzos para integrar a Emelec dentro de INECEL, y así manejar todo desde la Capital. En Guayaquil luchábamos para que esto no suceda, porque significaría el final de una era de autonomía energética. Habia que enderezar el convenio, pero por la debilidad de Sixto Durán y su falta de visión sobre lo que se llamó “modernización del estado”, no alcanzó a desatar este embrollo jurídico por influencias infiltradas en la intimidad de su gobierno. Por ese tiempo se produjo el racionamiento recordado por aquella torpeza de adelantar la hora en un país ecuatorial. Durante aquel recionamiento Guayaquil salió mejor parada que el resto del pais por estar mejor dotada de las turbinas de Emelec. Con la crisis bancaria se dio la oportunidad para estatizar Emelec bajo una administración temporal desastrosa. Ahora depende de un torpe y oscuro Ministerio. Durante estos últimos tres años de Correa, no se hizo ningún esfuerzo inversiones para adecuar y mantener la energía termo eléctrica que protegía a Guayaquil, la ciudad de mas alto consumo eléctrico, en caso de fallas del sistema hídrico. Es esta la razón por la cual, llegada la anunciada sequia, la apuesta de la buena suerte de este gobierno se agotó tal como se agotó las reservas eléctricas de la ciudad mas poblada del Ecuador, y fue puesta en cuarentana con hasta nueve horas de abstinencia, el triple que en el resto del país. Finalmente el Gobierno por temor a las encuenstas, ha doblado su rodillas frente a Colombia, y también ha comprado expeditivamente seis generadores General Electricay las trae por avión, no de Cuba sino de los Estados Unidos de América, tal como en su tiempo hubiese actuado la malograda Emelec. Correa aplica ahora pragmáticamente y con criterio empresarial, para salvar sus errores doctrinales ¡me alegro por ello!

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