martes, 7 de mayo de 2013

CARTA A LOS JÓVENES REVOLUCIONARIOS


CARTA A LOS JÓVENES REVOLUCIONARIOS

Publicado por Henry Raad en miércoles, diciembre 07, 2011

Se me acaba otro año calendario. No se cuantos me quedan pero creo son ya pocos. He acumulado bastantes y con satisfacción lo digo porque puedo contarlo ahora tranquilamente cuando ya la ambición descansa. La ambición desmedida emborracha, enloquece y es por eso que solo los viejos pueden sentirse serenos como para alcanzar la categoría de sabios. Excepción hecha, por supuesto, con Rafael el emperador ecuatoriano que si lo acepto como sabio es porque tiene el poder para mandarme a la cárcel por mi simple desacato.
Prácticamente he terminado de escribir mi auto biografía que me ha tomado dos años. Un repaso lento sobre mis experiencias, escritas con inocencia y crudeza. Con esa inocencia que me caracterizaba cuando era jovencito como la de esos cara de niños que ahora reforman el sistema judicial completo, y con la crudeza que puedo hacerlo ahora cuando todo quedó atrás y la serenidad me lo permite. Mi trabajo literario está prácticamente terminado aunque mi vida no ha finalizado por aquello de que nadie muere la víspera. Solo falta que una joven que admiro por su poder mágico en materias audiovisuales, termine el encargo de diseñar la portada. La carátula realizada con la juventud y frescura de la flor de un árbol de cerezos, y el contenido que va haciendo madurar aquel fruto, hasta que finalmente conforme avanzan las páginas se vuelve negro y picoteado por las aves hasta que finalmente cae al suelo donde se entierra con pocas posibilidades de convertirse en semilla. Todo ese proceso de corrosión inevitable me da la autoridad para escribir estas meditaciones dirigidas a los jóvenes revolucionarios que se creen sabios sin serlo.
Creen saberlo todo y suponen que su cuarto de hora durará mil años. Hablan por TV con soltura y se siente unos René Ramírez, con derecho a planificar hasta cuantos gases puede alguien expulsar luego de comer o no una guatita, porque hasta eso está planificado por el Estado diseñado por ellos. Me refiero en general a estos jueces niños, ministros, funcionarios y tecnócratas de bolsillo que ahora nadan a sus anchas en una laguna calma, una vez que todas las funciones del Estado en verdad dependen del vozarrón sabatino. Se sienten protegidos de los vientos que emanan de ese aliento que se repite de semana en semana, y sus velas se hinchan bajo el impulso de improperios.
Una de las conclusiones que obtengo de mi análisis biográfico, y que puede servir de lectura para esos tiernos cachorros revolucionarios, es que todo se va transformado y que no hay nada que no se corroa tan rápido como el ser humano encurtido o encubierto en poder absoluto. Eso sucede incluso en el nivel interno de cada familia. La gran sorpresa a la hora de hacer el balance de una vida es descubrir como fueron y fuimos cambiando. Los amigos o compañeros de aquellos ideales que nos mantenían unidos, suelen terminar desbandados o en el bando contrario conforme van cayendo unos u otros prisioneros de las debilidades humana. Detrás de la revolución partimos todos unidos hasta que se van interponiendo la consecución de riquezas, poder o beneficios.
Jóvenes amigos, revolucionarios ahora proclamados, miren a su lado y revisen cuantos de los compañeros que conocéis de toda la vida han cambiado de casa, de vehículo y ahora van a Miami a comprar carteras finas para regalar quizás a sus mozas. Hijos estudiando en el extranjero cuando antes tenían las pensiones colegiales atrasadas. Trajes de marca cuando antes eran dados la vuelta por esos sastres de barrio que todavía existen. Conforme revisen de a poco, conforme comprueben cuantos de ellos están emigrando a la vereda de enfrente, a la de los nuevos ricos, significará que la revolución palidece. Solo hay una manera de impedir ese desgaste natural que corroe. Se debe lograr siempre cambios pero dentro de un proceso democrático donde cada cierto período las autoridades sean reemplazadas, y que haya libertad de prensa y de expresión que aplican frenos al desafuero. Duden y cuestionen aquello que ahora les embruja haciéndoles creer que el poder absoluto asegurará los resultados revolucionarios. Duden al menos cuando incluso se quiere impedir que un parlamentario, soez que sea, quede impedido de usar la palabra dentro de la Asamblea. No permitan que los asambleístas guarden silencio y se queden convertidos en corcho, sea taponando lo que convenga mantenerlo taponado, o flotando por su intrascendencia y falta de peso específico como amorfas heces fecales.
Jóvenes revolucionarios; No despreciéis la experiencia del pasado. La humanidad evoluciona en base de acumulación de conocimientos y acontecimientos. Vosotros sois el músculo, el nervio pero el ser humano tiene un cerebro donde se almacenan los resultados de las vivencias. Y este Ecuador y el mundo tienen vivencias y experiencias que intentan ser echadas al tarro de basura. No os dejéis engañar por novelerías institucionalizadas como soluciones mágicas, y echando la culpa al pasado como si hubiesen otras generaciones anteriores que gozaron de ese mismo ideal que ahora os impulsa. Ese afán de cambiarlo todo solamente sirve para acrecentar el poder absoluto y prolongar en el tiempo su uso hegemónico .
Jóvenes revolucionarios; seguid en la aventura de la eterna búsqueda de la sociedad perfecta, pero mirando de reojo cuantos países andan en otras direcciones o bajo otros modelos de las que ahora se intenta imponer bajo una presión publicitaria muy costosa. Miren además, y no de reojo, como cuantos camaradas y amigos de esta aventura ya andan paseando por la vereda de enfrente rodeados de inusuales lujos, y que son realmente los adversarios de esta revolución, que como todas, se auto devora inevitablemente cuando depende de un caudillo y NO se prolongan indefinidamente. No ataquéis a quienes detractan el proceso, sino a quienes se benefician personalmente de este.
Mi biografía está escrita y casi terminada. La vuestra está en plena construcción. Leed estos consejos de tarde en tarde, que se los dice un viejo que acaba de redactar su propia biografía y ya nada puede ganar, ni perder.


Etiquetas: Añoranzas, Política, VIDA   

4 comentarios:
Christian Ubilla dijo...
11 de diciembre de 2011 16:39 
ojalá esta biografía tenga una versión en libro digital, no dudo que sería una excelente lectura para orientar el camino de los que deseamos ser ciudadanos útiles y coherentes... salud por una vida llena de frutos!
"buen" hombre dijo...
11 de diciembre de 2011 17:21
 
"No permitan que los asambleístas guarden silencio y se queden convertidos en corcho, sea taponando lo que convenga mantenerlo taponado, o flotando por su intrascendencia y falta de peso específico como amorfas heces fecales"

Me he caído al piso de la risa.

Gracias por escribir y espero continúe.
Gaudencio Zurita dijo...
12 de diciembre de 2011 08:16 

Excelente mezcla de sabiduría con implícitas referencias a una de sus mayores atributos, la modestia
Socris dijo...

12 de diciembre de 2011 19:17 
Es lo malo de quienes aun estamos viviendo nuestra biografía...
Pensar que somos el cambio y no PARTE DE ÉL, si actuáramos en plural (incluyéndonos y formando parte de una verdadera revolución) Sabríamos que lo que busca el pueblo no es que le solucionen la vida, sino ser comprendidos y que sus voces sean escuchadas...


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